Un artículo de Harvard que invita a la reflexión explica por qué los mandos intermedios son la parte más infeliz de la plantilla y, en última instancia, apunta a un liderazgo refinado para mejorar el estado de ánimo.

Para que un lugar de trabajo funcione eficazmente se necesita trabajo en equipo, comunicación, una buena estructura y, por último, pero no por ello menos importante: Empleados motivados. Sin embargo, para mantener una actitud positiva en el trabajo hace falta determinación, y no solo la tuya.

En un estudio exhaustivo, Harvard Business Review muestra por qué los mandos intermedios son el grupo más infeliz en el lugar de trabajo. Y no hace falta ser Einstein para darse cuenta de que los directivos descontentos son veneno cuando se trata de mezclar un cóctel corporativo eficiente.

He aquí un par de razones por las que los mandos intermedios están más insatisfechos que otros sectores de la plantilla:

- Demasiada carga de trabajo.
- Poca confianza en que se abordarán las cuestiones planteadas.
- Su propia contribución parece insignificante e intangible.
- Falta de aprecio.

Llévalo a lo más alto
Sin embargo, cuando se ha tenido todo en cuenta, la razón número uno del descontento de los mandos intermedios es un liderazgo deficiente, y el estudio hace hincapié en una serie de puntos en los que deben centrarse los altos directivos. Los líderes deben:

- Mostrar interés por la contribución y el rendimiento de los subordinados y evaluarlos.
- Buscar la opinión de los subordinados sobre la racionalización de las operaciones y rutinas.
- Realice un seguimiento periódico para mantener el cambio corporativo.

Fuente: "Why Middle Managers Are So Unhappy". El artículo se basa en un estudio de 320.000 empleados de diversas organizaciones. Las conclusiones giran en torno a los perfiles profesionales de más de 15.000 que obtuvieron las puntuaciones más bajas en compromiso y dedicación.

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